Historia

        

          En cuanto al descubrimiento  de los Rayos x, se le atribuye esta hazaña a Wilhelm Von Conrad Rôntgen hace más de cien años, exactamente el 8 de noviembre de 1895, de forma accidental según el mismo, puesto que su propósito principal era el estudio de la descarga eléctrica y la emisión asociada de rayos catódicos o electrones en recipientes de vidrio en los que se había practicado el vacio,  que varios científicos venían realizando con anterioridad. Sin embargo para llegar a este punto, primero se requirió varios esfuerzos de la ciencia, comenzando primero en el siglo XIX por el fuerte interés por estudiar la electricidad.

En efecto a M. Faraday se le atribuye el descubrimiento de la electrólisis y de establecer las leyes que dominan su comportamiento de lo cual se dedujo que existía una unidad elemental de electricidad. A partir de entonces, J. Plucker y J. Hittorf lograron establecer, a través del uso de tubos rellenos de gases raros y calentando el cátodo que a partir de este último se emitía un tipo de radiación eléctrica (rayos catódicos como se le llamo) capaz de emitir sombras de objetos sólidos colocados en su trayectoria, y que dicha radiación se desviaba n estancia de un campo magnético. De ahí que W. Crookes en 1879 utilizara tubos al vacio en vez de gases, y fundándose en la observación de una presión producto de esta radiación, reconoció que los rayos catódicos estaban compuestos por partículas, dándole a J.J. Thomson veinte años después lo necesario para descubrir el electrón a partir del mismo método.

Tubo de Crookes con flores activado.

Sin embargo, William Crookes en su investigación de los efectos de ciertos gases al aplicarle cierta energía (experimento desarrollado en un tubo al vacio con electrodos para generar corrientes), percibió que una de las reacciones de este tubo al estar cerca de placas fotográficas   era que en las mismas generaba imágenes borrosas. Aun  así, Crookes no investigo dicho efecto dándole la oportunidad a Nikola Tesla en 1887 para estudiarlo, y fue él quien advirtió al medio científico del peligro biológico consecuente de la exposición a dichas radiaciones.

Con todos estos antecedentes, Wilhelm Conrad realiza experimentos con el tubo de Crookes y la bobina de Ruhmkorff, para analizar la fluorescencia violeta de los rayos catódicos en el vidrio del tubo, creando un ambiente oscuro. Luego cubre el tubo con una funda de cartón negro, y al conectar su equipo por última vez en la noche, se asombra al ver un débil resplandor amarillo-verdoso en un cartón que contenía una solución de cristales de platino y cianuro de bario que estaba a lo lejos sobre un banco. En el momento que apaga el tubo, observó el oscurecimiento de dicho resplandor sobre la solución del cartón, así que decide prenderlo de nuevo visualizando nuevamente el resplandor. Su siguiente paso fue retirar la solución aun más lejos de la posición en donde estaba, y comprobó que la fluorescencia se seguía produciendo. Así pues determinó que los rayos catódicos creaban una radiación penetrante pero invisible, capaz de atravesar grandes capas de papel y materiales menos densos que el plomo.  

Sucesivamente, continuó investigando las propiedades de dichos rayos, y a las siete semanas pensó en fotografiar este fenómeno, y a partir de su ocurrencia encontró en una caja de su propiedad, que las placas fotográficas contenidas estaban veladas. Rápidamente atribuyo el efecto a las radiaciones con la que había estado experimentando. De modo que coloco una caja de madera (para comprobar su reciente teoría) con unas pesas sobre una placa fotográfica, resultando que los rayos atravesaban la madera e impresionaban la imagen de las pesas en la fotografía. Hizo lo mismo con otros objetos tales como un brújula y una escopeta, pero para comprobar el alcance de los rayos, paso al cuarto de al lado, t tras cerrar la puerta colocó otra placa fotográfica. El resultado fue que logro impresionar la moldura, el gozne y los trazos de la pintura que cubrían la puerta.


Evidentemente lo que Conrad había logrado fue sumamente sorprendente tanto para el como para la comunidad científica puesto que fue l inicio de una amplitud de conocimientos que hasta la actualidad siguen y seguirán ayudando al avance progresivo de la sociedad. Pero antes de revolucionar el diagnostico medicinal, se tuvo que hacer la prueba de impresión de imagen en los humanos. Para lo cual la esposa de Conrad, Berta, se puso a disposición de reciente hallazgo de su marido, y finalmente el 22 de diciembre de 1896 se reveló la primera placa de cristal de los huesos de una mano humana, después de dejarla a exposición de 15 minutos. Es allí en donde nace una nueva rama de la Medicina: la Radiología. 

Primera imagen radiológica humana.


Definitivamente, como descubridor Conrad Rôntgen fue el primero en observar los rayos x como una fluorescencia en tubos de rayos catódicos en 1895. Sin embargo y tal como se ha analizado su descubrimiento como radiación y propiedades de penetración en la materia es posterior a su producción, la cual pasó para muchos que la realizaron inadvertida.    

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